¡Sal de tu casa! Y sorprende a tu pareja, con una escapada a
alguno de los destinos ideales para dos. Mira nuestro listado, con opciones
para todos los bolsillos… Y si quieres más información, no dejes de llamarnos.
París (Francia):
Es la ciudad del amor y el lugar que los más clásicos y
enamorados, escogen como el escenario para un viaje de luna de miel, una
petición de matrimonio o una celebración aniversario. La combinación de los
mejores museos del mundo, la Torre Eiffel, restaurantes y cafés para todos los
gustos, junto a las mejores tiendas de lujo y glamour, hacen de París la ciudad
predilecta para parejas.
Venecia (Italia):
Un paseo de parejitas en góndola, es otro clásico de las
lunas de miel y cualquier otro acontecimiento relacionado al amor. Cada año,
Venecia se hunde 1 centímetro y es probable que generaciones más jóvenes no
puedan disfrutar de sus encantos. Con cualquier excusa, Venecia es un destino
que debes conocer, en pareja, preferiblemente.
Islas Griegas (Grecia):
Algunos dicen que Las Islas Griegas son la prueba de que
Dios existe. Recomendamos: Mykonos, conocida como la “Ibiza del mar Egeo” y
Santorini para las parejas que buscan mucha fiesta y celebración; o Sifnos y
Naxos con muchos menos turistas que te permitirán compartir más en la
intimidad, la experiencia de viajar con el amor de tu vida.
Phuket (Tailandia):
Phuket es la isla más grande de Tailandia y algo te
garantizamos: es la viva estampa del paraíso terrenal. ¿Estás pendiente de una
reconquista?, ¿no sabes qué hacer para que te perdone? Ten la seguridad que
cuando pisen este lugar, hasta el más grave de los conflictos quedará olvidado.
No hay quien se resista al encanto de sus playas paradisíacas.
Colonia Tovar (Venezuela):
Cuando las prioridades son otras y los viajes al exterior
están unos cuantos peldaños más abajo, no vas a dejar de lucirte si visitas la
Colonia Tovar, en Venezuela. Una escapada de fin de semana, un plan de
reconquista, un cumpleaños, un aniversario o cualquier excusa es buena para
internarse en alguna de sus acogedoras posadas, comer unas fresas con crema y
disfrutar de la arquitectura alemán y un clima lo suficientemente templado como
para no querer salir de la cama durante todo el fin de semana.
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